TECUN UMAN
Tecun Uman (1500? – 12/02/1524) fue uno de los últimos regentes del pueblo Maya Quiché, quienes ocupaban las tierras del altiplano guatemalteco. De acuerdo con los anales Kaqchiqueles, fue abatido por el conquistador español Don Pedro de Alvarado en batalla contra los españoles y sus aliados cuando se aproximaban a Quetzaltenango en febrero de 1524.
Tecun Uman fue declarado oficialmente héroe nacional de Guatemala el 22 de marzo de 1960, y se lo conmemora todos los años el 20 de febrero, que marca el aniversario popular de su muerte, siendo la fecha históricamente aceptada el 12 de febrero de 1524.
Tecun Uman ha inspirado una gran cantidad de actividades que van desde la producción de estatuas y poesía hasta la representación de su leyenda en la forma de danzas. A pesar de todo esto, la existencia de Tecun Uman no está bien documentada, por lo que ha sido difícil separar al hombre de la leyenda.
Invasión española a Guatemala
De acuerdo con los historiadores Sharer y Traxler, en 1522, Hernán Cortés envió a sus aliados mexicanos para explorar la región de Soconusco, en Chiapas, donde se encontraron con delegaciones de Iximché y Qumarkaj en Tuxpán. Los dos poderosos reinos mayas declararon su lealtad al rey de España. Pero a su regreso, los aliados de Cortés en Soconusco le informaron que los Quiché y los Kaquichikeles no eran leales, y que estaban hostigando a los aliados de los españoles en la región.
Cortés decidió enviar a Pedro de Alvarado con 180 hombres de caballería, 300 de infantería, ballestas, mosquetes, 4 cañones, grandes cantidades de municiones y pólvora, y miles de guerreros aliados mexicanos de Tlaxcala, Cholula y otras ciudades del centro de México. Salieron de Tenochtitlán, México, el 13 de noviembre de 1523 llegando a Guatemala a principios de 1524.
Mapa de la invasión de los conquistadores españoles a Guatemala en 1524, bajo el mando de Pedro de Alvarado.
Su llegada a Guatemala no fue sorpresiva para los indígenas, que habían presenciado cosas extrañas en la costa. Los reyes Quichés intentaron unir a los distintos reinos indígenas para luchar contra el invasor, pero las tensiones entre ellos mismos eran tales que debieron luchar y sucumbir divididos.
El primer enfrentamiento acaeció a orillas del río Tilapa entre Suchitepéquez (Xuchiltepéquez) y Retalhuleu. De allí pasó a combatirse en Zapotitlán, en el mismo departamento de Suchitepéquez. Los valientes indígenas opusieron una fiera resistencia, pero los españoles, que montaban a caballo, llevaban armadura y poseían armas de fuego, no tardaron mucho en romper su resistencia.
Los españoles continuaron su incursión en Guatemala a lo largo de la costa del Pacífico sin ninguna oposición de los reinos mayas, hasta que llegaron a las faldas del volcán Santa María, cerca de Quetzaltenango. Esta región formaba parte del reino Quiché, que estaba determinado a resistir ante los españoles, intentando sin éxito impedirles que cruzaran el río Salamá.
Al cruzar el río, los conquistadores saquearon los asentamientos cercanos en un esfuerzo por aterrorizar a los Quichés. El 8 de febrero se enfrentarían nuevamente en la batalla de Xetulul (llamada batalla de Zapotitlán por los mexicanos). Aunque sufrieron muchas lesiones inflijidas por los arqueros de los defensores Quichés, los españoles y sus aliados irrumpieron en la ciudad y levantaron su campamento en la plaza del mercado.
Posteriormente, Alvarado cambió el rumbo río arriba ingresando a las montañas de la Sierra Madre hacia el corazón de las tierras Quichés, atravesando el fértil valle de Quetzaltenango y subiendo por la cuesta de Santa María de Jesús en dirección de la ciudad de Xelajú (actual Quetzaltenango). Ahí son enfrentados por el príncipe Azumanché, pariente de Tecún Uman, quien a pesar de contar con la ventaja del terreno fracasa en su intento por detener el avance de los invasores.
Batalla de El Pinar y muerte de Tecun Uman
Vencido en este primer intento por detener a los invasores, Azumanché prepara una emboscada a sabiendas de que los españoles y sus aliados tendrán que bajar por las barrancas de Olintepeque. Ahí los espera al mando de 6,000 guerreros, a orillas del río Olintepeque.
El 12 de febrero de 1524, los aliados mexicanos de Alvarado son emboscados al intentar cruzar el río y comienza la batalla de El Pinal, resultando muerto Azumanché pero logrando hacer retroceder a los mexicanos.
El príncipe Tecún Uman asume el mando del ejército Quiché y lo dirije nuevamente a la batalla, que se prolonga por más de dos horas sin un claro vencedor. En un movimiento astuto, los guerreros Quichés rodean a la infantería españolay se aprestan a darle un duro golpe. Al ver el peligro, Alvarado ordena a la caballería atacar participando él mismo en la carga que resulta en una masacre para los Quichés.
En el fragor de la batalla, se habrían encontrado frente a frente Tecún Uman y Pedro de Alvarado. Para derribar al jinete, Tecún Uman ataca y da muerte al caballo de Alvarado, pero el experimentado capitán español responde rápidamente atravesando el pecho del más valiente de todos los indígenas guatemaltecos.
Reproducción de un fragmento del cuadro "El Choque" del maestro Alfredo Gálvez Suarez, que representa el momento en el que Don Pedro de Alvarado da muerte a Tecún Uman.
Tan feroz y sangrienta fue la batalla, que las aguas del río se tiñeron de sangre, y los indígenas nombraron al río Xecquihel o Xequijel, que significa río de sangre.
Tras la noticia de la debacle de El Pinar, los habitantes de Xelajú comprenden que sus esfuerzos son inútiles por lo que abandonan la ciudad. Cuando llegan los españoles, la encuentran desierta y sin víveres.
Aunque algunos creen que Tecún Uman murió en la batalla de Olintepeque que sucedió 6 días después (18 de febrero de 1524), los relatos españoles de la época son claros en que al menos uno y quizás dos de los señores de Qumarkaj (también conocida como Utatlán) murieron en las fieras batallas que se desarrollaron mientras se acercaban a Quetzaltenango, como también lo informaría posteriormente Díaz del Castillo en 1632.
Según los historiadores Restall y Asselbergs, la muerte de Tecun Uman de produjo durante la batalla de El Pinar, y la tradición local ubica el punto de su muerte en los Llanos de Urbina, cerca del actual poblado de Cantel. En su tercera carta a Hernán Cortés, Pedro de Alvarado describe la muerte de uno de los cuatro señores de Qumarkaj durante el acercamiento a Quetzaltenango. La carta fue fechada el 11 de abril de 1524 y fue escrita durante su estancia en Qumarkaj.
Tecun Uman se vuelve leyenda
La leyenda relata que Tecun Uman entró en batalla adornado con unas preciosas plumas de quetzal, y que su nahual (su guía espiritural animal), un ave quetzal, lo acompañó a la batalla. En el calor del combate, Tecun Uman y Pedro de Alvarado se encontraron cara a cara, cada uno blandiendo su arma. Alvarado calzaba una brillante armadura y montaba su caballo de guerra. Tecun Uman mató al caballo en un intento por hacer caer a Alvarado, pero el conquistador español se repuso rápidamente y atravesó su espada en el corazón de Tecun Uman. El nahual del príncipe Quiché, lleno de tristeza, cayó muerto en el pecho ensangrentado del héroe caído. Desde entonces, todos los quetzales machos tienen un pecho escarlata y su canto nunca más se volvió a escuchar. Además, si un quetzal es puesto en cautiverio morirá, haciendo del quetzal un símbolo de libertad.
Otra leyenda cuenta una confrontación más compleja de fuerzas materiales y religiosas. En esta versión Tecun Uman se transforma literalmente en un quetzal adornado con tres coronas, una de oro, una de diamantes y una de esmeraldas. Otros nativos habían intentado matar a Alvarado, pero éste era protegido por una dama poderosa, comúnmente asociada con la Virgen María. Tecún Uman utilizó su magia, y al intentar matar a Alvarado, golpeó la cabeza del caballo, que murió en el instante. Al darse cuenta que había matado a la bestia y no al hombre, intentó corregir el error, pero fue alcanzado por la espada de Alvarado.
Una versión diferente dice que Tecún Uman habría tenido la oportunidad de dar muerte a Alvarado, pero éste fue salvado en el último momento por otro soldado español de apellido Argueta, quien asesinó a Tecún Uman cuando estaba por acabar con el capitán español.
El folklore local del área alrededor de la antigua capital Quiché, Qumarkaj, preserva la creencia de que Tecun Uman fue enterrado en el pequeño sitio arqueológico de Atalaya, a 600 metros de Qumarkaj.
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